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Mindfulness



Hay un proverbio chino que dice algo similar a la cita que presenta esta entrada, y es algo así como: «Cuando estés comiendo, come; cuando estés conversando, conversa; cuando estés riendo, ríe..etc.» Por supuesto que esto es sumamente complicado, ya que la mayoría sabemos que es poco probable que una persona pueda estar siempre presente en una situación sin que otro tema le nuble o le distraiga el pensamiento. Sin embargo, esta herramienta supone mantener una intención constante para vivir la vida que se nos presenta, prestando atención a la realidad tal y como ocurre de verdad, no como a uno le gustaría que fuera. Tenemos mucha tendencia a proyectar al futuro, presuponer algo antes de que suceda, pero pocas veces enfocamos la atención en lo que se nos presenta día a día. La atención plena ofrece una mayor conexión con la realidad, lo que pone en marcha procesos de autorregulación y adaptación que resultan en mayor aprendizaje y acciones más eficaces. Al fin y al cabo es un entrenamiento hacia la consciencia de los procesos de pensamiento, de emoción, y su relación con nuestras conductas. Permite que el contexto no sea el que nos condicione, sino que tengamos una actitud observadora ante él y podamos tomar en todo momento la mejor decisión. 

Estos son algunos de los beneficios de que nos comportemos de esta manera: 


1. Creación de nuevas categorías.
    Así como el automatismo es la rígida dependencia de las viejas categorías, la atención plena supone la creación continua de nuevas categorías. Cuando crecemos aprendemos sobre la realidad, categorizamos y recategorizamos, clasificamos y reclasificamos a medida que dominamos el mundo. Esto es un proceso natural en los niños, por eso es importante inculcarles ya desde muy pequeños la creatividad u otras habilidades que les permitan conectar cosas aparentemente inconexas, e ir siempre más allá de lo que la realidad les ofrece. Hay una expresión que me gusta de Ellen Langer y dice que «La re-creación seria del niño puede convertirse en la recreación juguetona del adulto». Como adultos somos renuentes a la creación de nuevas categorías, pues consideramos que la experiencia suele ser la mejor fuente para manejar las impresiones e intuiciones, y ésta está cargada de creencias y paradigmas a veces obsoletos.

Observa cada situación
como si fuera la primera vez que estas en ella;
luego toma la mejor decisión
en base a tu experiencia e intuición.
 

 A menudo son los episodios de crisis los que nos llevan a interpretar de una forma diferente los acontecimientos del trabajo y la vida privada, pero, en general, los seres humanos tenemos tendencia a que el pasado no se vuelva a categorizar. Es posible que recurramos a episodios pasados para justificar situaciones presentes, pero rara vez se nos ocurre modificar la forma en que registramos originalmente los acontecimientos o las impresiones. Esto es muy importante según mi punto de vista, ya que cambiar el «filtro» que utilizamos en las situaciones es lo que más ayuda a cambiar los comportamientos.

Cuando creamos situaciones nuevas 
prestamos atención a la situación y al contexto.

2. Apertura con respecto a la información nueva.
  Encuentra bello, todo lo que puedas; la mayoría no encuentra nada lo suficientemente bello. Esto era lo que Van Gogh siempre decía a su hermano. Estar abierto a informaciones nuevas permite interpretar de formas diferentes. Las personas que buscan los retos y a las que les gusta aprender de forma continua suelen percibir lo nuevo como una oportunidad, como un momento para entender de otra forma la realidad que tienen. La novedad les permite «jugar» con lo que tienen, reorganizarlo o relacionarlo con el contexto que tenían, previo al conocimiento de lo nuevo. 

    De este modo, cuando tenemos una actitud pasiva, y dirigida por demasiadas rutinas, tanto de trabajo como en forma de costumbres en la vida personal, la falta de nueva información puede ser perjudicial. Como me dijeron una vez: «La mente es como un paraguas, solo funciona cuando se abre». Todos hemos pasado por episodios en los que las situaciones que vivimos se parecen mucho entre sí, el circulo social siempre es el mismo, y los problemas siempre se presentan de la misma manera y se «parchean» del mismo modo; nos sentimos «atascados». Dicen los expertos que cuando nuestro sistema sensorial va acotando sus sensaciones se va cerrando, porque no “recibe” nada nuevo.


3. Conciencia de la existencia de más de una perspectiva.
    Es la apertura a nuevos y diferentes puntos de vista. Las personas somos proclives a culpar a las circunstancias de nuestra conducta negativa: “el metro me hace llegar tarde”. O si la misma conducta la tiene alguna persona, tendemos a culparla a ella: “No conoce la puntualidad”. De esta forma protegemos nuestra autoestima, y nuestra perspectiva de ver la situación queda protegida. Para desarrollar la atención plena es necesario que tengamos en cuenta que en cada situación, hay tantas opciones como observadores puedan existir. Cada idea, objeto o persona es potencialmente muchas cosas a la vez, según la perspectiva desde donde se mire.

    El otro día tuve la oportunidad de asistir a un taller sobre Coaching, y éste era uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora realizar una sesión. Debíamos darnos cuenta de quelas herramientas que podemos utilizar con los clientes pueden ser beneficiosas para unos, pero perniciosas para otros. De un mismo ejercicio descubrimos 21 interpretaciones diferentes, tantas como alumnos que asistimos al taller. Como dice la cita: «No ves el mundo como es, sino como eres». Seguro que te ha pasado muchas veces que un compañero/a te dice: «la verdad es que nunca me había planteado esa forma de verlo». Al fin y al cabo es lo que enriquece el trabajo en equipo, ¿no?

Comprender que los demás no son tan diferentes activa la empatía
y amplia la gama de respuestas.


 Supone saber que las diversas perspectivas posibles nunca se agotarán. La gente siempre puede tener razones buenas para justificar una conducta que para nosotros es negativa, y dar esa oportunidad, no respondiendo de forma programada, baja la tendencia al automatismo de nuestras relaciones con ese compañero/a. Aunque nos cueste ver las razones, rara vez la gente es intencionalmente mezquina, exigente, reservada…simplemente entienden el mundo de otra forma.

   La etiqueta rígida produce una respuesta automática, lo cual reduce nuestras opciones. Mi consejo es que siempre tengas activada la atención en qué aspectos del entorno te pueden aportar cosas nuevas, útiles para tu trabajo y para tu vida. De absolutamente todas las situaciones se puede aprender, y por ende, de absolutamente todas las personas se puede recibir algo nuevo, y bueno. 

                                  ¿Sueles ser una persona abierta a nuevas ideas?

                ¿Cuál suele ser tu nivel de transigencia cuando trabajas en equipo 
                                      y debes tener en cuenta otras perspectivas?

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