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Cuando el buscar posibilidades es sinónimo de “enchufado”/ Carlos Rosales

En días recientes Maru Pacheco, mi esposa, ofreció una conferencia a un nutrido número de personas pertenecientes a una importante empresa del país. La misma giraba en torno al Personal Branding, o Marca Personal, y la idea era sensibilizar a los participantes sobre la importancia de darle valor a su propia marca, sobre la importancia que tiene que internalicemos el hecho de que, independientemente de lo que suceda en el medio ambiente o de los planes de capacitación de la empresa, somos nosotros los llamados a invertir en nuestro desarrollo, en la obtención de nuevas herramientas para un mejoramiento continuo.

Dicha conferencia ofrecía herramientas y fomentaba la búsqueda de alternativas para sobrellevar la difícil situación que estamos atravesando como país. Al finalizar, después de una fuerte ocasión, varias personas pidieron la palabra para expresar sus reflexiones en torno a la experiencia recién culminada. Luego de varias intervenciones de ese tenor, una persona pidió la palabra y, visiblemente molesta, lamentó que su empresa contratara “a una oficialista, a una enchufada”, para hablarles de cosas que no son posibles de llevar a cabo en la Venezuela actual.

Me contó Maru que, al finalizar la intervención de esa persona, fue poco lo que ella tuvo que aclarar, debido a que varios de sus mismos compañeros levantaron la mano para mostrar su desacuerdo con esas palabras y agradecer, tanto a Maru como a la empresa, ese espacio en el que descubrieron nuevas posibilidades.

A mí me gustaría analizar un poco este incidente, debido a que no deja de resultar llamativo que una persona sienta que si otra le está hablando de posibilidades, de cosas distintas a las desgracias y las miserias que estamos padeciendo, esa persona ya sea digna de ser tildada de “enchufada”. Lo primero que quisiera decir es que, por supuesto, respeto esa forma de pensar. Respeto y entiendo que haya quien, en situaciones de crisis, reaccione llorando, maldiciendo y culpando a otros de la situación por la que, de cualquier manera, todos estamos atravesando por igual.

Pero considero que quienes hemos decidido vender pañuelos, que quienes, sin negar o estar disociados de esta compleja situación que atravesamos, estamos enfocados en adquirir herramientas personales para nosotros y compartirlas, también somos merecedores de respeto.

Me pregunto qué harán personas como esa cuando lleguen a sus casas. Qué tipo de conversaciones tendrán en la mesa. ¿Serán capaces de disfrutar de momentos de intimidad con sus parejas, de conexión con sus hijos? O gastarán su tiempo rumiando permanentemente esta situación negativa, conectados a las redes sociales para enterarse de los últimos crímenes, ver cada uno de esos videos que lamentablemente se están haciendo tan famosos sobre atracos, saqueos, violencia y otras miserias que estamos padeciendo en nuestro país. Porque de ser así, estas personas están generando, en sus hijos y en sus parejas, personas desmotivadas y desesperanzadas, lo cual es sumamente grave.

Grave para su cotidianidad, para su entorno y para su salud.

Es imposible negar que estamos atravesando una situación muy difícil. Una situación que amerita superarnos permanentemente. De hecho yo, por ejemplo, escribí estas líneas desde Chile. ¿Qué hacía en Chile? Muy sencillo: si los gobernantes actuales de mi país me obstaculizan la posibilidad de adquirir divisas, no puedo cruzarme de brazos, sino que, sin irme de Venezuela, porque yo sigo trabajando en Venezuela, soy yo el que, con mi marca, con mi orgullo de ser venezolano, con mi testimonio de venezolano que vive en Venezuela, voy a buscar esas divisas que necesito para mi negocio y para cubrir necesidades personales.

De tal manera que, si bien respeto a la persona que tuvo esa intervención, y hasta le agradezco que, gracias a ella, haya motivado a todos los que conformamos Neurosales a ratificar nuestras convicciones, considero lamentable que pretenda tildarnos de enchufados por el simple hecho de negarnos a quedarnos de brazos cruzados ante esta crisis que exige que cada día seamos mejores, más eficientes, más creativos y más comprometidos con nuestro trabajo.

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