De acuerdo con la clasificación citada por Gabriel Montenegro en su artículo “Ahora sí tiene sentido hablar de millenials”, pertenezco a la generación de los baby booomers.  Supuestamente, una generación que ya va de salida. Sin embargo, recientemente he comprobado que más que baby boomers somos baby boomerangs.

Este término se usó originalmente en Europa para designar  a los jóvenes entre 25 y 29 años, que no pueden emanciparse por motivos económicos que les impiden vivir de manera independiente y a aquellos que ya vivían por cuenta propia y se ven obligados a volver a casa de sus padres; según explica Antonio López, catedrático de Trabajo Social y Servicios Sociales en la Universidad Nacional de Estudios a Distancia de España.

¿Por qué entonces afirmo que somos baby boomerangs? ¡Porque estamos de vuelta!

Para mí, una prueba de esta afirmación ha sido el reconocimiento que este año me hizo LinkedIn, como uno de sus 12 Top Voices de Latinoamérica.  Si revisan los perfiles de mis compañeros en esta selección, verán que son personas mucho más jóvenes que yo; la mayoría millenials.

Quizás algunos puedan pensar que una persona de más de 55 años, no tiene interés en tener presencia en las redes sociales. Esto es un mito.  Hay mucha gente de mi edad aportando su conocimiento y experiencia; aportando valor tanto en las redes sociales como en el mundo 1.0.

James Murphy de The Future Foundation, cree que los baby boomers realmente no se retirarán, simplemente se mudarán a nuevos roles y da como ejemplo el retiro de Anna Ford a los 62 años de la BBC, solo para ser nombrada directora de Sainsbury’s.

“Esta generación tiende a sorprender, prosperar y cambiar las reglas para adaptarse a sí misma”, dice Murphy.

Por eso este mensaje navideño es para mis contemporáneos, para que se animen y tomen esto como un incentivo para explorar el  mundo de las redes sociales y descubran la apasionante experiencia de aportar y recibir valor.