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Ponte en su lugar

En «Catálisis Blog» encontré este artículo muy interesante relacionado con la necesidad de que, al momento de diseñar nuestras estrategias de ventas y atención al cliente, recordemos lo que sentimos cuando los clientes somos nosotros mismos y lo que nos gusta o disgusta cuando cumplimos ese rol. Espero que les sea de utilidad.



Todos hemos sido clientes en algún momento: cuando compraste tu automóvil, cuando compraste esos zapatos en aquella tienda, cuando le compraste esa hamburguesa a tu hijo(a) en su franquicia favorita.Cada uno de nosotros sabe lo que significa estar delante del “mostrador” esperando adquirir algo. Ser cliente es parte de la vida, desde pequeños hemos vivido la experiencia de ser un común y ferviente Cliente.


Sin embargo, a medida que avanzamos en los planes y estrategias empresariales,pareciera que a muchos se nos olvida que una vez teníamos la caratula de clientes y atendemos mediocremente a nuestros clientes actuales. Con “mediocremente” me refiero a todas aquellas prácticas que no dan lo máximo de nosotros. Que no reflejan esa “milla extra” que sabemos podemos dar. Sino que más bien nos limitamos a atender como lo hace el estándar  y dar solo lo básico. Eso que está al nivel de todo el mundo sin diferenciarnos.


El punto crítico aquí es que los mercados actuales son tan competitivos que no nos podemos, ni deberíamos, darnos el lujo de asumir que nuestros clientes siempre van a estar allí. Son muchas las empresas, negocios y organizaciones que pueden y sobre todo quieren captar esos clientes y anexarlos a sus cuentas para satisfacerlos y llenar sus más altas expectativas.
¿Cómo hacer entonces para atender a nuestros clientes con el máximo estándar de calidad? ¿Cómo lograr que estén satisfechos con nosotros y no pensando en marcharse con la competencia? 


Aquí quiero dejarte solo 3 ideas para saber ¿Cómo crees que piensan tus clientes?


1) Imagínate comprando! 


La primera cosa que debes hacer para saber cómo piensan tus clientes es imaginándote a ti mismo como uno de ellos. ¿Qué esperas que haga por ti la persona que te está atendiendo?: ¿Que sea rápido? ¿Que te escuche realmente? ¿Que se anticipe a lo que buscas? Si estás esperando adquirir un producto/servicio, ¿qué esperas que suceda? El hecho de imaginarte siendo un cliente te dará una mejor idea y visión de lo  que puedes ofrecer  a tus propios clientes: Mejor calidad, menor tiempo de respuesta, solución eficiente de quejas, sorprenderlos con premios especiales por fidelidad, agregarlos a una lista de clientes premium. Todo aquello que imaginas como cliente seguramente será lo mismo que están pensando tus clientes cuando llegan a tu organización!


Tal vez hacer esto te lleve un poco más de tiempo, más concentración y más esfuerzo pero de seguro vale la pena. No solo estarás garantizando la real satisfacción de tus clientes sino que además estás marcando un precedente de cómo debe ser la atención del cliente y ellos sentirán que les valoras altamente.


2) Imagínate con quejas! 


Muy probablemente alguna vez has vivido la mala experiencia de haber adquirido algo que deseabas pero que a los pocos días salió defectuoso ¿Qué fue lo primero que pensaste?Seguramente como muchos otros pensaste ingenuamente que sería bueno que te lo cambiaran completamente o que te devolvieran el dinero. Pues déjame decirte que no has sido nada ingenuo. Las grandes empresas hacen alguna de esas dos cosas. Los resultados son sorprendentes! No solo aseguran una enorme sonrisa en la cara de sus clientes asombrados sino que ellos le devuelven el gesto con recomendarlo ampliamente con sus agendas de contacto.


Hacer la diferencia con las quejas de los clientes le permite posicionarse en sus mentes de una manera especial y que pocas empresas lo logran. Más que el producto o servicio en sí los clientes le recordarán por lo que ha hecho en particular por ellos y la manera cómo solvento dicha queja. Finalmente, cuando tu te quejas por algo es eso mismo lo que esperas que hagan por ti! o no?


3) Imagínate usando el producto/servicio! 


No hay nada más satisfactorio que adquirir un producto/servicio y que funcione al 100%. Cero sorpresas, cero defectos, cero desilusiones! En la mente solo existe el pensamiento de utilizar lo comprado lo mejor posible y si es el caso, mostrarlo a los demás. Imaginarse utilizando lo que se ha comprado nos permite hacer todo aquello que este a nuestro alcance para garantizar que nuestro producto o servicio llene las expectativas de nuestros clientes. Así como queremos disfrutar nosotros de aquello que nos gusta, los clientes que han colocado su confianza en nuestra organización esperan disfrutar de lo que nos compran.


Es por eso que debemos esforzarnos al máximo para ofrecer un producto/servicio que este en el más alto de los estánderes y que cautive la mente del cliente. No siempre es fácil pero con el empeño de todo el equipo se hace posible!


Saber qué hay en la mente de nuestros clientes no es algo que sucede de la noche a la mañana. Los clientes son muchas veces impredecibles y no todo el tiempo se logra saber cómo están pensando. Sin embargo, colocarse en sus zapatos nos da una idea más precisa de cómo creemos nosotros que ellos están pensando. Nos acerca a sus deseos y nos permite satisfacerlos mejor de lo que ellos se imaginan!


Sé el líder que debes ser y empieza a imaginarte como un cliente más de tus productos/servicios!


¿Cómo crees que piensan tus clientes?

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