Cargando...

Ser realista vs. ser positivo…

Han pasado algunos meses desde que en uno de los hoteles más emblemáticos de España, antiguo hospital de peregrinos del siglo XII, tuvo lugar una anécdota de mano de su directora: “Cuando llegué aquí, la cocina del hotel había decaído de forma alarmante. Algún tiempo después, en un encuentro corporativo de altos ejecutivos de la organización, uno de ellos me hizo un comentario un tanto irónico al comprobar que la cocina se había recuperado y volvía a tener los niveles de calidad acostumbrados: “¡Qué bueno está esto! ¿qué habéis hecho, habéis cambiado de chef?”. Con una amable y serena sonrisa, contesté: “No, es el mismo, pero está contento”. -Y añadió- Desde que he llegado, fomento el positivismo en mi gente.

ESTAR CONTENTO: UNA DE LAS GRANDES CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS POSITIVAS.

Cualquiera de nosotros (o bien, cualquier equipo) que tenga un espíritu positivo, es capaz de trabajar mejor y rendir más, incluso aunque el contexto sea adverso. De hecho, uno de nuestros refranes nos recuerda de forma sutil que aplicando “buena cara al mal tiempo”, logramos superar los momentos de adversidad y generalmente, con resultados satisfactorios. Algo de razón tendrá tan veterana voz popular…

En esto coincidimos con el resto de los mortales: todos queremos un ambiente de trabajo positivo en el que podamos obtener y ofrecer lo mejor de nosotros mismos. ¿Para qué? Para poder dar lo mejor de nosotros mismos y hacer que los proyectos empresariales en los que estamos inmersos continúen a flote en medio de la tempestad actual. Si ya es difícil la situación, como para complicarla con negatividad…

PENSEMOS EN ALGUNAS SITUACIONES.

Cuando vamos a un comercio a comprar algo que necesitamos, o cuando mantenemos un encuentro profesional para abordar un proyecto o alguna labor comercial, ¿qué actitud y mentalidad preferimos encontrar en las personas con las que nos relacionamos? Es evidente que todos deseamos tratar con personas que aportan una perspectiva posibilista y optimista; alguien que, entre “verlo imposible” (considerarlo imposible) y “ver lo posible” (considerar nuevas posibilidades), se incline permanentemente en “verlo posible” (considerarlo posible). Ejercer nuestro positivismo puede marcar la diferencia tanto en una relación comercial, como en una negociación o en cualquier tipo de conflicto / situación.

Lo mismo nos sucede cuando estamos entre amigos: tendemos a dejar de lado a aquella persona negativa y tendemos a aliarnos a aquellas que nos hacen ver las cosas a través de una óptica esperanzadora y alegre. ¿Piensas que tus clientes van a ser distintos? ¿crees que tus compañeros van a funcionar mejor de otra manera?

¿Y cómo nos expresamos? ¿qué proyectamos desde el inconsciente en nuestro lenguaje?. Otro gran trabajo por delante. Es imprescindible tomar conciencia de lo negativistas que podemos llegar a ser a través de nuestras verbalizaciones. Es mucho el daño que generamos en nuestros equipos (y a nosotros mismos) con tan sólo una frase “dicha como la decimos siempre”.

RECONOZCÁMOSLO: 

tendemos a practicar derrotismo, pesimismo y negativismo.Argumentando que “la cosa está fatal”, posponemos entrar en acción ya que “hasta que la cosa no cambie, es mejor esperar”… y con este discurso nos atrincheramos en la resignación negativa del “realista”. Sin embargo, ese realista se está negando a sí mismo y está negando a los demás miembros de su equipo o a sus compañeros la posibilidad de que exista una nueva posición mental que abra un nuevo abanico de posibilidades. Asumamos la responsabilidad: todos damos forma a “la cosa” de la que tanto nos quejamos. Cuando hablamos de que la cosa está mal, es porque nosotros estamos mal.

ENTRENA Y DESARROLLA UNA MENTALIDAD POSITIVA. (y conviértela en una constante sostenida en el tiempo)

Nelson Mandela, a lo largo de los veinticinco años que permaneció recluido, desarrolló pensamiento positivo y llegó a ser Presidente de Sudáfrica.

Los jugadores del equipo de rugby cuyo avión se accidentó en Los Andes en 1972 y que mantuvieron pensamiento positivo, sobrevivieron, no así el resto …y así, podríamos seguir hasta crear una lista interminable.

El pensamiento positivo, lejos de introducirnos en el autoengaño o de transportarnos a los “mundos de pin y pon”, nos pega al terreno. Nos permite ver de cerca y libres de juicio lo que acontece. Desde una perspectiva de actitud constructiva y acción efectiva, nos ocupamos de nuestras responsabilidades de “buena gana” y con más recursos. Esto además nos ayuda a aprender en el proceso, a adquirir experiencia y, más importante aún, a estar serenos ante las situaciones adversas que se nos presentan.

Viktor Frankl, desarrolló pensamiento positivo durante su cautiverio en el campo de concentración nazi, y sobrevivió.

Es conveniente que tus clientes encuentren en ti y en tu equipo una actitud y mentalidad positiva (que va mucho más allá del simple optimismo). Los conocimientos técnicos e intelectuales nos igualan a todos; sin embargo, la actitud y el tipo de mentalidad o pensamiento que tengamos de fondo, serán elementos claramente diferenciadores.

Deja una respuesta


*


Subir
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor calidad de nuestros servicios; si continúa navegando en este sitio web lo consideramos como una aceptación del uso de Cookies. En caso de requerirlo podrá en cualquier momento borrar las cookies almacenadas en su equipo a través de los ajustes y configuraciones de su navegador de Internet    Más información
Privacidad
× ¿Cómo podemos ayudarte?