A todos nos encanta que las cosas nos salgan bien, ¿no es así? La determinación, organización y consistencia son vitales para lograr nuestras metas. El truco consiste en saber cuándo es demasiado. Podrías estarte extralimitando sin darte cuenta.

Algunas personas acuden a los extremos por intentar mantener su vida en orden de acuerdo a sus reglas. ¿Te pasa? Si vives esperando que todo en tu vida salga perfecto, podrías privarte de muchos placeres y convertirte en una persona inflexible contigo mismo y con quienes te rodean.

Las personas muy rigurosas a menudo sufren de ansiedad y depresión. Además, como explica la psicóloga clínica Andrea Umbach, quienes quieren mantenerlo todo bajo control generalmente se encuentran frustrados porque el resto del mundo no vive de acuerdo a sus reglas, lo que puede causarles una decepción.

¿Ves la importancia de disminuir las exigencias? Ser flexible, como indica Umbach, significa ver las cosas desde distintas perspectivas, tolerar la ambigüedad, tomar riesgos y aprender de los errores. Para ello, es necesario que nos adaptemos a los cambios, para poder entender la diversidad de opiniones y abrir nuestra mente a otras formas de ver el mundo.

No todos pueden reducir sus niveles de exigencia por sí mismos. A veces es necesario acudir a un especialista. Sin embargo, otras personas sí pueden lograrlo por su cuenta. Por eso compartiremos contigo algunos tips para aumentar la flexibilidad recomendados por Andrea Umbach en Huffington Post.

Toma nota sobre tus rutinas y reglas. Conversa con tus hijos, amigos y pareja para que te adviertan en cuáles momentos de tu vida tiendes a ser más rígido. La idea no es que te sientas mal. Al contrario. Lo que se pretende es que cambies algunas de tus rutinas para que dejes el perfeccionismo a un lado.

Este paso es muy fácil y divertido. ¿A quién no le gusta conocer cosas nuevas? El problema es que no nos damos el tiempo suficiente para hacerlo. Intenta compra un alimento nuevo, practicar un deporte distinto, lee otro tipo de libros. ¿Qué es lo peor que podría suceder? Abre tu mente a nuevas ideas, pasatiempos y experiencias.

¿Tienes la costumbre de decir que no a todo? Entonces puedes probar con este ejercicio: en vez de pensar en 20 razones para no hacer algo distinto, piensa en cinco motivos por los que deberás hacerlo. Por ejemplo: tus amigos te invitan a salir y no tienes ganas, pero también quieres conservar la buena relación y seguir construyendo nuevas amistades. Piensa en estas últimas razones y no te quedes encerrado en casa. ¡Hay mucho más allá afuera!

Reduce la velocidad, deja de pensar en todo lo que debes hacer y concéntrate en el momento. Haz una lista de las cosas más importantes y realízalas poco a poco. Después de todo, dicen que es mejor ocuparse que preocuparse.

¿Sientes que siempre haces lo mismo? Sal de la rutina. Elige una nueva ruta para ir al trabajo, practica yoga, muéstrate a ti mismo que puedes hacer cosas de manera diferente y nada desastroso sucederá.

Esta podría ser una tarea difícil, pero necesaria: permite que otros se hagan cargo. Este consejo no sólo es aplicable en el aspecto laboral, sino también en el emocional. Si vas a salir con tu pareja, dale la oportunidad de planificarlo todo al menos una vez y déjate sorprender.

Dedícate a escuchar a los demás, toma en cuenta sus opiniones. Recuerdas que, aunque sea difícil aceptarlo, hay distintas formas de hacer las cosas bien, aunque no sea la tuya.

Para alcanzar la flexibilidad corporal debes ejercitarte, ¿cierto? También deberás practicar para alcanzar la flexibilidad mental. El cambio no tiene porqué ser repentino. Intenta modificar pequeñas cosas cada día y desafíate a ti mismo.